Recuerdo que hace algunos años comencé a leer a Stephen King con “La expedición”, después llegó a mi “La mitad oscura”, “El resplandor” entre otros. ¿Por qué comento esto? Porque tengo varios años de leer a este autor y me ha brindado madrugadas de terror y muchas pesadillas, pero con este libro se queda muy corto.

Para todos los que conocemos la historia del resplandor, ya sea que hallamos leído o visto la película pues, esta historia se desarrolla años después cuando Danny Torrance es un adulto y vive atormentado por las sombras de su pasado refugiándose en el alcohol para poder sobrellevar sus pensamientos y borrar los destellos del resplandor que nunca desaparecieron.

Podemos ver y sentir el miedo que lo marcó por las vivencias que tuvo en el hotel Overlook, aquellas apariciones que jamás se fueron y ese constante recordar de no convertirse en su padre. Después de una noche de mucho alcohol y drogas Danny vive un episodio que lo obligó a tocar fondo y decide rehabilitarse, así que huye del lugar dónde residía para tomar un autobús hasta New Hampshire donde conoce nuevas personas que con el tiempo se convierten en buenos amigos, utiliza su habilidad del resplandor para ayudar a las personas del pueblo a dejar este plano y atravesar sin miedo.

También nos introducen a una nueva protagonista Abra Stone, una adolescente que aparentemente luce normal pero nosotros sabemos que no. Desde muy pequeña Abra mostró señales de poseer un resplandor muy poderoso, podía mover cosas a su voluntad, encender o apagar aparatos eléctricos e incluso tocar el piano sin siquiera tener conocimientos de él. A más de uno nos gustaría tener estos poderes, pero la parte no tan divertida de esto era que podía ver accidentes catastróficos y asesinatos de niños como pesadillas que acudían a ella y la aterrorizaban pues ni ella ni sus padres sabían por qué sucedía esto.

Hasta este momento nada de esto es el problema del libro y es aquí dónde mi paciencia se empezó a tambalear, es una historia que consta de varias páginas y prácticamente se toma más de la mitad del libro sólo para platicar todo esto, no es que me moleste cuando se toman su tiempo en plantear la situación y exponernos a los personajes para que entendamos su psique y poder tener algún sentimiento por ellos. El problema con esto es que se toma tanto tiempo en plantearlo que al momento de llegar al problema y la resolución ya se le agotó el tiempo.  

Cuando por fin llegamos al problema de toda esta situación y los villanos aparecen y todo se vuelve un caos para nuestros ya bien conocidos protagonistas, todo pasa muy rápido la solución se torna muy predecible y si en algún momento sentiste el temor de perder a alguien dentro de todo este caos en el desenlace pierdes ese temor y sabes que todo es cuestión de tiempo para que los malos de la historia reciban su merecido y los héroes regresen a casa triunfantes. 

Seguiré leyéndolo porque soy una gran fan de su trabajo y en alguna de esas podré despertar en la madrugada gritando de terror por sus historias.